La vila a la fuerza
La vila a la fuerza en el coño para no pagar, y cuando ela vino a la tienda, se encontró con un ladrón. Se sentó alí y comenzó a hacer una serie de preguntas. Pero la joven estaba cansada y se sentó alí, pero no pudo contener su lujuria. El ladrón no tenía nada que hacer, así que la invitó a sentarse en el sofá, donde comenzó a tocarla y acariciarla. El ladrón no pudo resistirse y se sentó alí, y la pera se sentó sobre su pene, saltando sobre él.